Cuando pensamos en diabetes, todos imaginamos lo mismo: alguien que toma litros de agua y pasa todo el día en el baño orinando.

Y sí, esos son los síntomas clásicos. Pero como médico especialista que atiende a diario en Quito y Lago Agrio, te puedo asegurar algo peligroso: la diabetes puede ser silenciosa durante años.

Muchas veces, el cuerpo te está gritando que el azúcar (glucosa) ha subido a niveles tóxicos, pero lo hace en un «idioma» que confundimos con cansancio, estrés o simplemente «cosas de la edad».

Si has notado alguna de estas 5 señales extrañas últimamente, tu cuerpo podría estar pidiendo ayuda.

1. Visión borrosa intermitente (No, no necesitas lentes nuevos)

¿Te ha pasado que por momentos ves borroso, como si tuvieras una nube en los ojos, y luego se pasa?

Mucha gente va al oftalmólogo pensando que le aumentó la medida. Pero el culpable suele ser el azúcar.

2. Cansancio extremo después de comer

En Ecuador es común sentir un poco de sueño después del almuerzo. Pero hay una diferencia entre una siesta ligera y sentir que te «apagas».

Si sientes una fatiga pesada, como si te hubieran quitado la batería, especialmente después de comer carbohidratos (arroz, papas, pan), es una señal de alerta.

3. Manchas oscuras en el cuello y axilas (Acantosis Nigricans)

¿Has notado que la piel de tu cuello, axilas o ingles se ha vuelto más oscura y gruesa, como si fuera suciedad que no sale al bañarse?

Esto no es falta de higiene. Se llama Acantosis Nigricans y es el signo #1 de Resistencia a la Insulina. Es la antesala de la diabetes tipo 2. Es tu piel avisándote que tu páncreas está trabajando forzado.

4. Hormigueo o «quemazón» en pies y manos

¿Sientes que se te duermen los pies o sientes «hormiguitas» caminando por tus manos sin razón aparente? O peor aún, ¿sientes un ardor nocturno en las plantas de los pies?

5. Heridas que tardan una eternidad en curar

Te haces un corte pequeño cocinando, o te sale una ampolla por el zapato, y pasan semanas y sigue ahí. Quizás incluso se pone roja o se infecta.

El azúcar alta espesa la sangre y daña la circulación, lo que impide que las defensas de tu cuerpo lleguen rápido a sanar la herida. En un paciente diabético, un corte pequeño puede convertirse en un problema grave si no se atiende.


¿Te identificaste con más de uno?

No entres en pánico, pero tampoco lo ignores.

La diabetes es una enfermedad traicionera: no duele hasta que ya ha causado daño. La buena noticia es que si detectamos estos síntomas ahora (en la etapa de prediabetes o diabetes inicial), el tratamiento es mucho más sencillo y efectivo.

Un simple examen de sangre y una evaluación correcta pueden salvarte de complicaciones futuras.

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